Dream
Traumdeutung | Readings

Un corte que hace agujero

Xavier Esqué

“El psicoanálisis descubre que hay sentido en el síntoma como lo hay en el sueño-lo que desde siempre se supo-, el lapsus, el chiste, el acto fallido. Pero nuestra práctica no apunta a modificar el sueño, el lapsus, el chiste o el acto fallido, sino el síntoma. No se acude al analista para soñar de otro modo…, a menos que se tengan pesadillas recurrentes…Pero precisamente entonces la pesadilla repetida vale como síntoma, implica, como recordaba hace poco, el etcétera del síntoma”

Miller, J-A.: El Otro que no existe y sus comités de ética/ con la colaboración de Éric Laurent, Paidós, Buenos Aires, 2005, pág. 252.

No hizo falta esperar a Freud para saber que los sueños tenían un sentido, en cambio él sí descubrió el sentido de los síntomas y con ello el psicoanálisis se hizo un lugar en el mundo.

Tanto el sueño como el síntoma son formaciones del inconsciente, pero mientras que el primero tiene una naturaleza efímera e intermitente el segundo es un sólido que perdura en el tiempo, hasta el punto que no hay una salida plena del síntoma ni aún después de que uno haya llevado su experiencia analítica hasta el final. Uno tiene que hacer con lo que queda del síntoma, un resto. No puede haber salida del síntoma porque no hay relación sexual. El síntoma es un real, para Lacan es el único elemento que tiene un sentido en lo real, cosa que da existencia al psicoanálisis como tal.

Orientarse en lo real significa no ignorar el límite de la interpretación, el lugar imposible de la representación. La interpretación de un sueño -más allá del desciframiento de su envoltura formal que desvela un deseo- se dirige a encontrar su real. Apunta al lugar donde el sentido se detiene: el ombligo del sueño[1]. Marca de lo imposible, cicatriz, estigma, metáfora del orificio y nudo corporales, al decir de Lacan[2]. El sueño como el síntoma, en análisis, son leídos a la letra. Solo así el sujeto encontrará lo que tienen de acontecimiento de cuerpo, la letra de goce que hace de borde al agujero en el saber.

Por eso no hay despertar que no nazca de un decir de analista que se haga corte, un decir que participa de la escritura[3]. Un corte que hace agujero al sueño del sentido.

NOTAS

  1. Freud, S., La interpretación de los sueños, 1900.
  2. Lacan, J., Respuesta a una pregunta de Marcel Ritter, 1975. Lettres de l’École freudienne n° 18.
  3. Lacan, J., Seminario 25, Momento de concluir, inédito, sesión del 20/12/77.