Soñemos un poco

¿De qué estará hecho el mañana?

Desde que comenzó la pandemia, todos nosotros esperábamos los días lindos, el virus debía desaparecer por sí mismo con la aparición del sol. Sabemos hoy que no es para nada así, que no lo será tampoco. Esta hipótesis provenía de una creencia, una tentativa de hacer de este virus algo parecido. Sería como el virus de la gripe porque los síntomas eran los mismos. Este intento de escribir lo desconocido, lo innominado, lo inaudito en una cadena significante es tal vez la única función refleja del ser humano. Es un reflejo frente al encuentro con la ausencia de garantía en el Otro. En los capítulos XIV, XV y XVI de La ética del psicoanálisis [1], Lacan analizará las consecuencias de este último enunciado.

La simple emergencia de un puro S1: coronavirus, es decir la tentativa de nominación de un real que vemos claramente que no nombra nada, lanza la producción automática de S2 que testimonia sobre todo de la posición de quien los produce o los repite o los modifica o los inventa. Dando testimonio de su tentativa de hacer con, de elaborar, de elucubrar, una cadena significante que apunta a tratar ese fuera de sentido, de donde emergen toda clase de verdades contradictorias. ¿Es un problema? Lo sabemos, es por estructura: la verdad es mentirosa, lo real es cuando uno se choca con eso. Hasta tanto no nos choquemos este virus, e incluso cuando nos hayamos chocado con él -deliramos en el sentido de Lacan en 1977, soñamos: "¿Cómo hacer para enseñar lo que no se enseña? En esto precisamente Freud se abrió camino. Él pensó que nada es más que sueño, y que todo el mundo (si es lícita semejante expresión) todo el mundo es loco, es decir, delirante"[2]. Un S2 es un sueño, y un sueño es una interpretación. No tenemos nada que decir del virus, salvo cuando nos chocamos con lo real. El testimonio de Uno-completamente-solo, Jean Daniel Matet, nos enseña sobre lo mas singular de un sujeto que lucha con lo más radical de su cuerpo heteros [3], y hace resonar lo más singular de cada lector. En ese testimonio se dice el psicoanálisis, un psicoanalista. El delirio es una tentativa de curación decía Freud[4], tentativa de sostener un yo (moi) sometido a la fragmentación.

No, no sabemos de que está hecho el mañana, pero sabemos que cada uno va a seguir soñando, produciendo síntomas, gozando, deseando, teniendo lapsus, actos fallido, teniendo certezas, dudas, rumiando, maldiciendo, estando enfermo de su pensamiento, poniendo en cuestión al amo, haciendo llamados al padre, al Otro que no existe, en resumen delirando.

Entonces, lo que queda de actualidad para nosotros que nos orientamos por el psicoanálisis, es Freud, es Lacan, son los instrumentos que nos dieron para captar el momento presente. Es la orientación lacaniana de Jacques-Alain Miller que nos ofrece como brújula el filo y la subversión del psicoanálisis.

Los temas de nuestros congresos, jornadas, enseñanzas, están articulados en la Escuela Una a eso. Para comenzar, el tema del congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, programado en Buenos Aires del 14 al 18 de diciembre de 2020: El sueño Su interpretación y su uso en la cura lacaniana.No sabemos de qué estará hecho el mañana, pero sabemos que este tema es crucial, de candente actualidad. Interesa a cualquiera que quiera orientarse por el psicoanálisis. Pongamos o volvamos a poner al trabajo este tema en todos los lugares de atención, en las delegaciones regionales de las ACF, en la Escuela, hagamos carteles, produzcamos textos, les encontraremos un lugar. Porque el sueño continúa siendo hoy la vía regia del inconsciente.

Poner este tema al trabajo, es poner al trabajo una falta en saber, es sostener nuestro deseo por el estudio del psicoanálisis y en este momento es una oportunidad para cada uno.

En este número de ECF messager encontrarán en exclusiva para la ECF un texto formidable de la presidente de la AMP[5] Angelina Harari que muestra que otros además de nosotros piensan que los sueños dicen algo del tiempo presente. Entonces, soñemos un poco.