Stevenson, comerciante de sueños

R.L. Stevenson nos cuenta su especial relación con el sueño: puede convertir sus producciones oníricas en relatos literarios. Sus duendecillos nocturnos le preparan sueños ordenados para que nuestro escritor pueda publicarlos fácilmente y así adaptarse al “mercado”. Incluso, los duendecillos notan los apuros económicos de Stevenson y producirán más sueños “pulidos y ajustados a la realidad” para su comercio en la vigilia. Stevenson ilustra aquella relación capitalista que Freud veía en los sueños entre los restos diurnos y el deseo inconsciente.

Sin embargo, hay algo que excede a lo redituable económicamente, y son sueños que se repiten. Que indican un real pulsional que excede al orden simbólico. De estos sueños “no comerciales” emergerán dos obras: Dr Jekyll y Mr Hide y Olalla.