Le Rêve
Le Congrès

Domenico Cosenza

“Invito a pensar la interpretación de otra manera: la interpretación como despertar. Hay despertar y despertar (…) Propongo, entonces, que la interpretación eficiente del analista es una pesadilla. Pero una pesadilla de la cual no se puede huir trasladándose al fantasma del mundo, al fantasmundo. Me refiero al modelo de la pesadilla que Lacan nos da en el seminario “Los cuatro conceptos”. Hay un correlato de esto en la experiencia; el progreso de la cura se nota en un indicio preciso, a saber, cuando el sueño logra prolongarse más allá del punto de angustia que antes era su tope. Puedo referirles aquí el ejemplo que José Rodriguez Eiras ha presentado esta mañana sobre la coleccionista de sus sueños, que escribía todos sus sueños hasta que dejó de hacerlo cuando surgió la pesadilla repetitiva que la precipitó al análisis.”

Miller, J. -A., “La ponencia del ventrílocuo”, Introducción a la clínica Lacaniana. Conferencias en España”, RBA libros, Barcelona, 2006, p. 444.

 

La interpretación entre sueño y despertar

Jacques-Alain Miller nos propone en “La ponencia del ventrílocuo” de 1999 un nuevo modo de practicar y pensar la interpretación en psicoanálisis, diferente de la doctrina clásica de la interpretación que podemos encontrar en sus escritos y seminarios de los años 50. Se trata, como él mismo lo dice, de abrirse a “una nueva disciplina de la interpretación”, de ir “más allá de la interpretación significante” al corazón de su enseñanza precedente, ligado a una concepción del inconsciente que reconduce al campo de la estructura significante y sus leyes. El avance de la enseñanza de Lacan hace emerger, desde el Seminario VII, otro modo de pensar el inconsciente, en el cual el real del goce encuentra un propio lugar nodal en el interior de la estructura. Se trata ahora de repensar la interpretación en psicoanálisis como una práctica orientada a intervenir para desidentificar al parlêtre del goce en el cual permanece capturado sintomáticamente. Esta práctica de la interpretación apunta a despertar al ser hablante de su no querer saber nada del propio goce, en una modalidad que apunta, no a producir sentido, sino a lo contrario. El sentido alimenta el sueño del ser hablante respecto del real del propio goce. No se trata, por lo tanto, de despertar al sujeto a un nuevo sentido de la propia experiencia, como ocurre por ejemplo con la tradición fenomenológica - hermenéutica. Por esta razón, Miller piensa más bien en la práctica de la interpretación como despertar tomando como modelo la experiencia del sueño. Pensar la interpretación como sueño traumático, que permite al analizante un encuentro más cercano con el real traumático, fuera de sentido, en juego en el propio síntoma.

Traducción: Silvia Baudini