La cura lacaniana: una cura que no es como las demás

Nos preguntamos, en la ruta hacia este congreso, ¿Qué uso de los sueños en la cura analítica? ¿Para qué nos servimos de ellos? ¿Qué leemos en ellos de manera diferente a otras prácticas de la época?

Investigando un poco sobre tratamientos que ofrece el mercado, me encontré, sorprendentemente, con el uso terapéutico que se hace de las imágenes virtuales.

Si el inconsciente hace un uso de las imágenes formando el sueño, siendo la figurabilidad uno de los operadores del sueño y siendo ésto mismo un tratamiento de lo pulsional; el mercado -ni lerdo ni perezoso- también ofrece lo suyo.

A modo de un meterse en un sueño, o una pesadilla se ofrecen tratamientos que recrean y figuran otra escena (la temida en las fobias) y vía lo que posibilita la tecnología, el individuo se introduce en esa neorealidad virtual creada y recreada para el tratamiento de sus miedos.

Así me encontré con " virtually better”, la terapia con realidad virtual.

En estos programas se expone a un paciente -equipado con unos anteojos y un casco con auriculares- a sus miedos introduciéndolo en un escenario generado por computadora.

No se trata del cuerpo que sueña sino de la máquina que fabrica esas imágenes. Sin cuerpo de donde amarrarse.

¿Cómo pensar eso que ofrecen éstas terapéuticas y cómo pensar lo que hace del psicoanálisis algo diferente?

Un vértice por donde pensar lo que hace a la diferencia: Nuestro leer.

Se tratará también de saber leer un sueño, un leer de otro modo que no nos conduzca a más sentido que adormezca.

Advertidos de no caer en el furor sanandis, no apuntamos a lo terapéutico que sin embargo por añadidura genera un psicoanálisis.

Quizás convenga recordar que ´un psicoanálisis, tipo o no, es la cura que se espera de un psicoanalista` (Lacan: 1983) y que si el inconsciente se sirve de la figuración para armar una trama el analista apuntará a lo que no se entrama. De la trama al trauma.

Caigo a la cuenta que “Virtually Better” me ha enseñado algo, que el poeta- por supuesto- supo bien decir: “ No todo es vigilia la de los ojos abiertos.” (Macedonio Fernández, 2001)