El trauma, el sueño y el sinthoma
Fernando Vitale
El Rebús -el News del Congreso- publicó recientemente dos nuevos textos de orientación, uno de Laurent Dupont- actual presidente de la ECF- que tiene por titulo "Soñemos un poco" y otro de la presidenta de la AMP Angelina Harari al que tituló "Seguir soñando aun"[1]. No solo encontramos en ellos la afirmación de que el sueño sigue siendo hoy, como siempre, un tema de actualidad candente para nosotros, sino que, de lo que se trata, es de hacer de las cuestiones que "El sueño. Su interpretación, su uso en la cura Lacaniana" nos plantean, una brújula fundamental para orientarnos justamente hoy en estos tiempos de crisis.
No puedo dejar de admitir que lo primero que sentí fue un intenso efecto de perplejidad: ¿Volver al sueño frente a la pesadilla que estamos viviendo?, ¿No se trataría en cambio de despertar un poco en vez de seguir soñando?
Sin embargo, lo que pensé poco después, es que por algo el News se llama Rebús y por lo tanto hay allí escondido un acertijo a descifrar.
1. La contradicción del Uno
L. Dupont comienza por plantear que a ese real que hoy nos afecta bajo el nombre de coronavirus, habría que comenzar por intentar no compararlo y no dejarse llevar por ese reflejo tan humano que conduce a hacerlo entrar en una cadena de relaciones que puede dejarnos absorbidos en una producción incesante de sentidos y verdades ciertamente contradictorias, que nunca harán más que taponar justamente lo más real y singular de aquello contra lo cual nos hemos chocado.
El pequeño inconveniente, es que desde que el coronavirus hizo su aparición en nuestras vidas, una de las cosas que se nos dio por hacer a los psicoanalistas, es la de intentar reflexionar y producir textos respecto a lo real de un acontecimiento que indudablemente da que hablar.
¿Cómo salir de ese atolladero?
¿Será acaso que la única respuesta digna frente a lo real es el silencio? Personalmente no lo pienso fundamentalmente por una razón, y es que como sabemos, nunca podremos a priori estar seguros de los sentidos que un tal silencio podría vehiculizar.
Dicho esto, eso no quiere decir en absoluto que no crea que aquello a lo que apunta L. Dupont sea algo absolutamente pertinente y crucial.
La decisión de no comparar implica una toma de posición ética frente a todo aquello que nombramos con la palabra trauma, en tanto aspiramos a preservar para cada uno de los afectados por ello, justamente su dimensión de Uno singular y por lo tanto incomparable.
Comparar implica siempre entrar indefectiblemente en la lógica Todo. Como demostró Lacan, dicha lógica es la que funda la noción misma de valor en tanto valor de cambio y por lo tanto, la que define el campo de lo medible en los términos del equivalente general fálico.
El problema es que si queremos orientar en Otra dirección que sostenga lo que ese real tiene de incomparable, no contamos con un tipo de Uno que lo nombre de modo tal que podamos garantizar que permanecerá absolutamente solo y separado completamente del campo del sentido.
Para orientar la cuestión en esa Otra dirección, no contamos con otro recurso más que el significante y el significante, nos guste o no, no dejará nunca de vehiculizar sentido.
Como enseño Lacan, para desgracia de los llamados parlêtres, si lo real se anuda al significante Uno, es inevitable que permanezca por estructura inquebrantablemente equivoco, sin ley y produciendo por lo tanto un efecto de referencia que resultará en ultima instancia siempre inasible. Lo real para el parlêtre no se presenta nunca fuera de sentido sino siempre como un sin sentido que no deja nunca de llamar al sentido.
¿Pero entonces, que hacemos con eso? Al menos empezar por plantear que la contradicción que subyace a la cuestión que estoy planteando no es solo la de cada uno… de nosotros, sino la del Uno en tanto tal.
2. El sueño-el delirio
Mas adelante en su texto, L. Dupont cita la famosa frase de Lacan a la que Miller le dedico todo un curso: "Todo el mundo es loco, es decir, delirante"[2].
La sorpresa, es que lejos de ubicar esa referencia para oponer el campo de lo real al campo del sentido, la utiliza para citar allí el impactante texto de Jean Daniel Matet "Convocado" publicado en LQ 880[3] donde cuenta su experiencia de haber sufrido las consecuencias mas severas de la infección por coronavirus que lo llevaron a requerir internación en terapia intensiva y respiración asistida. En ese testimonio -interesante ejemplo del deseo del analista- usa la experiencia que tuvo que atravesar, como una oportunidad para poner a consideración de los lectores un tema fundamental que Lacan exploró en su ultima enseñanza. Afirma entonces que el delirio que se construyó en él durante su internación, lejos de ubicarlo como una mera construcción de sentido destinada sólo a velar lo real en juego, lo considera como el modo singular e inventivo mediante el cual logró sostener su Imaginario corporal frente al riesgo de despedazamiento al que estaba sometido.
En este punto paso al texto de Angelina Harari. Ella parte de una referencia a la intervención de F. Naparstek en la soireé de presentación del Congreso, en el cual se refirió especialmente a la función de ciertos sueños relatados por sujetos que pasaron por el horror de los campos de concentración durante el nazismo a los que nombraban como "soñarse estando en otra parte" y que habían sentido como el recurso que habían tenido para conservar su identidad y poder así hacer frente al horror por el que estaban atravesando[4].
Siguiendo a Lacan, podemos decir que esos sueños de "estar en otro lugar" constituyeron el modo singular que habían encontrado esos sujetos de sostener un espacio de vida que, al mismo tiempo que inalcanzable por el significante traumático que los empujaba al despertar imposible, les permitía sostener el imaginario corporal en el mismo sentido que lo planteado por Matet en su texto.
Esa vía permitiría abrir a nuestra consideración la perspectiva del sueño no como formación del inconsciente a descifrar ni tampoco como tapón-pantalla que habría que atravesar para despertar definitivamente a lo real sin sentido, sino mas bien como Lacan lo planteo en La tercera[5], como un modo de anudar un goce en el cuerpo que sostenga la consistencia imaginaria frente a la intrusión del goce fuera de cuerpo vehiculizado por el Uno traumático que amenaza siempre con despedazarlo. Queda abierta entonces para nuestro estudio la indagación del sueño-sinthoma como invento singular y sin Otro que sostiene el anudamiento de los tres registros.
PD: eso no significa en absoluto abandonar los esfuerzos por despertar de aquel otro sueño tan caro a nosotros -los parlêtres- de querer hacer universo con esa humilde pero vital consistencia corporal.
NOTAS
- Rebus N° 24
- Miller J.-A, Todo el mundo es loco, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2015.
- Matet J.-D., "Convoqué!", Lacan Quotidien, n°880, 17 avril 2020.
- Naparstek F.A., "Rêve reél et rêve transférentiel", La Cause du désir, n° 104, mars 2020.
- Lacan j., "La tercera", Lacaniana N° 18, Revista de la escuela de la orientación Lacaniana, Grama Ediciones, Buenos Aires, 2015.