Il Sogno
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¿La vida es sueño?

Manuel Zlotnik

Manuel Zlotnik

En el Comité de Acción de la Escuela Una hemos pensado 6 ejes, + Uno; ejes temáticos y conceptuales para cada envío de papers.

El paper + Uno será el primero y trata sobre los sueños de Freud en la cura lacaniana 120 años después del descubrimiento del inconsciente, su uso y su interpretación. Servirá de marco referencial para el trabajo posterior.

Los 6 ejes de lo papers restantes serán los siguientes: 1) Del “sueño es una interpretación” a la interpretación del sueño; 2) del sueño como realización del deseo al despertar del sueño; 3) sueño y trauma; 4) el sueño: índice de verdad (fantasma) o índice de real (sinthome); 5) el sueño entre texto y escritura. Su uso; 6) el sueño y el acontecimiento del cuerpo.

Así planteadas las cosas que ya están convocando nuestro trabajo; a su vez en la EOL estoy trabajando con un equipo conformado por Blanca Sánchez, Andrea Berger, Esteban Klainer, Alberto Justo y Jorge Assef.

 

Analista intérprete

Vamos al primer punto, ¿Cuál es el método de interpretación de Freud?

Tomemos la conferencia[1] 29 cuyo título ya es muy sugestivo: “Revisión de la doctrina de los sueños”; al ser una revisión Freud nos está dando una versión mejorada o actualizada de su doctrina.

Nos presenta entonces el método de interpretación de sueños; ante el relato de un sueño en principio lo escuchamos impasibles sin poner en movimiento nuestra reflexión[2] sin hacer caso al contenido manifiesto del sueño, le proponemos también al soñante liberarse de ese contenido manifiesto, que aparte su atención del conjunto y la dirija a los elemento singulares de ese sueño comunicándonos cuanto se le ocurra de esas piezas sueltas.

Es así que el sueño aparece como una selección abreviada de las asociaciones.[3]

Sin embargo las asociaciones llegan al umbral de los pensamientos oníricos genuinos, apenas los roza, ahí es cuando interviene Freud ya por su cuenta completando y extrayendo conclusiones irrefutables, Freud advierte que eso se puede entender como un abuso de introducción de sentidos, pero en fin, no argumenta mucho en su defensa y nos recomienda que hagamos la prueba de manera personal para convencernos.

¿Pero cómo trabajamos con los sueños en la Orientación Lacaniana 120 años después?

Podríamos decir que no seguimos estrictamente el método freudiano, tampoco lo abandonamos, como somos lacanianos seguimos ese método pero de manera un poco desregulada, de lo que no hay duda es que tomamos las asociaciones del paciente a partir del sueño, y seguramente nos cuidamos mucho de ese “abuso” de introducción de sentidos al que se refería Freud.

 

Inconsciente intérprete

En el punto anterior era evidente la interpretación del lado del analista, en este segundo punto que vamos a tratar el que interpreta es el inconsciente, Lacan lo dice claramente “La interpretación del analista recubre simplemente el hecho de que ya el inconsciente en sus formaciones sueño, lapsus, chiste o síntoma, procede mediante la interpretación”.[4]

El sueño ya es una interpretación del inconsciente y en todo caso la interpretación del analista es secundaria a la del inconsciente, el inconsciente ya interpreta mucho mejor que el analista, está en la naturaleza del inconsciente descontextualizar frases, hacer citas, enigmas, alusiones; el analista se tiene que formar mucho tiempo para operar de esa manera.

Tenemos el ejemplo de un sueño que toma J.A. Miller[5], luego de que el analista interviene ante el hablar poco de ella diciendo que tiene otra analizante que habla aún menos que ella y hace un excelente análisis, y que en la historia de la retórica no hay grandes oradores femeninos; ella sueña con una gran lengua tipo de vaca que muchas personas se pasan meciéndola como un bebé y aparece el analista diciendo: “sus traducciones son siempre muy cuidadas”.

Miller toma este sueño como una respuesta del inconsciente en tanto realización del deseo de ser cuidada con el comentario de las traducciones cuidadas ante el “descuido” del analista con sus intervenciones en referencia a la otra paciente y a la historia de la retórica, habiendo una oposición en tanto es mejor tener traducciones cuidadas que mecer una gran lengua que representaría a la retórica.

Miller nos propone este sueño como ejemplo paradigmático de que el inconsciente interpreta, por eso dice Miller que es prudente callarse porque ya el inconsciente interpretó; sin embargo Miller nos advierte, esa no es la buena vía de un verdadero despertar para el sujeto, en tanto el sujeto seguirá soñando, continuación del dormir pero ahora bajo otra forma, ahora en el análisis como un continuar durmiendo a partir de los puntos en los que el inconsciente tiene dificultad de interpretar ofreciéndole al analista tomar la posta de esa interpretación.[6]

Ahora bien ¿qué es un verdadero despertar?

 

Despertar

La noción de despertar en el sueño Lacan la introduce por primera vez en el Seminario 11[7], como ustedes saben comentando el sueño de “padre no ves que ardo”, para Lacan lo que despierta a ese padre no es un ruido en la otra habitación sino algo de más realidad, un real diferente de un estímulo externo, real que da fe de ese poco-de-realidad que indica que no soñamos y esa realidad es la escondida, la pulsión.

Hay algo que despunta en la conciencia dice Lacan, para luego seguir durmiendo, en definitiva nos despertamos para estar en una realidad en la que seguimos soñando, esta idea Lacan la seguirá sosteniendo en otros seminarios[8] [9] o en la conferencia de Bruselas “Palabras sobre la histeria”.

Podemos intentar encontrar la explicación Freudiana del despertar, hay un deseo de dormir por parte del yo, pero en contraposición están las investiduras inconscientes que lo amenazan[10], son las mociones pulsionales reprimidas que acechan la oportunidad de exteriorizarse y que atentan contra el reposo del dormir[11], incluso Freud es más extremo planteando que si no nos acordamos de nada de lo soñado, el deseo dormir cumplió su misión, si por el contrario recordamos los sueños es que surgió algo del despertar en la irrupción del inconsciente reprimido.[12]

J.A. Miller en otro texto[13] plantea que lo imaginario del sueño ofrece a veces a lo que está forcluído de lo simbólico una ilustración visual patética que se paga con angustia; una manera muy bella y precisa de diferenciar al sueño de la alucinación, y de que en el sueño como formación del inconsciente hay un tratamiento de la forclusión, realmente un tema para investigar y debatir en tanto otra variante de pensar el despertar.

El fin del análisis apunta a un despertar, no digo estar totalmente despiertos porque eso es imposible pero algo despiertos aunque sea; aún así es interesante ver como intervienen los sueños al final de un análisis, en varios testimonios de AE encontramos sueños que dan a entender algo del final, o sueños en donde surgen elementos fundamentales que serán tomados para el final.

El sueño en esas ocasiones dio señales que indicaban un final, me pregunto entonces ¿Es el inconsciente interprete que al final del análisis se anuda al inconsciente real en favor del despertar o es que el inconsciente con sus formaciones siempre funciona igual y el analizante en su final de análisis capta del sueño fragmentos en la perspectiva del despertar que en etapas anteriores de su análisis nunca los hubiese captado?

Esta última opción nos podría dar la idea del sueño como un texto que se presta para múltiples usos, es decir que el mismo texto se puede usar de diferentes maneras de acuerdo al momento del análisis en que uno se encuentre.

Aunque vivió tres siglos antes Calderón De La Barca era lacaniano, su obra “La vida es sueño” da testimonio de ello, allí el protagonista Segismundo vive su vida como dentro de una cárcel, una suerte la caverna de Platón, donde permanece en la más completa oscuridad por el desconocimiento de sí mismo, en ese mundo de sueño y tinieblas sentencia la conocida frase “La vida es sueño y los sueños, sueños son”, y sólo cuando es capaz de saber quién es, desde el psicoanálisis diríamos asumir quien es, consigue el triunfo, la luz es decir el despertar.

Una vez más los poetas nos iluminan el bosque.

NOTAS

  1. Freud, S., Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis, Obras completas, tomo XXII, p 7, Amorrortu editores, Bs. As. 1986.
  2. Freud, S., Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis, Obras completas, tomo XXII, p 10, Amorrortu editores, Bs. As. 1986.
  3. Freud, S., Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis, Obras completas, tomo XXII, p 11, Amorrortu editores, Bs. As. 1986
  4. Lacan, J., El Seminario Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, p. 136, Paidòs, Bs. As. 1987.
  5. Miller, J-A., “Adiòs al significante”, Conferencias Porteñas 2, p. 275, Paidòs, Bs. As. 2009.
  6. Miller, J-A., “Adiós al significante” Conferencias Porteñas 2, p. 278, Paidós, Bs. As. 2009.
  7. Lacan, J., El Seminario Libro 11 Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis, p. 66, Paidós, Bs. As. 1987.
  8. Lacan, J., El Seminario Libro 17 El Reverso del Psicoanálisis, p. 60, Paidós, Bs. As. 1992.
  9. Lacan, J., El Seminario Libro 20 Aun, p.70, Paidós, Bs.As. 1985.
  10. Freud, S., “Complemento metapsicològico a la doctrina de los sueños” Obras Completas tomo 14, p. 224, Amorrortu editores, Bs. As. 1986.
  11. Freud, S., “Conferencia 29. Revisión de la doctrina de los sueños” Obras Completas tomo 22, p. 16, Amorrortu editores, Bs. As. 1986.
  12. Freud, S., “Algunas notas adicionales a la interpretación de los sueños en su conjunto”, Obras Completas tomo 19, p. 129, Amorrortu editores, Bs. As. 1986.
  13. Miller, J- A., “Despertar” Matemas I, p. 121, Manantial, Bs. As. 1986.